Todos sabemos que el hacer ejercicio -como todo, en su justa medida- resulta de lo más saludable. Hace ya años que somos conscientes de que la actividad física mantiene a tono nuestro cuerpo y nuestra mente.
Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles -dirigidos por la Dra. Tseng- han presentado recientemente una ponencia durante la reunión de la Academia Americana de Oftalmología celebrada en Nueva Orleans que ha llamado nuestra atención y merece ser tenida en cuenta por todos aquellos que sufren glaucoma, una de las principales causas de ceguera en el mundo especialmente entre mayores de 40 años.
De acuerdo con los resultados de sus análisis con recolección de datos a largo plazo, parece existir una relación directa entre la práctica de ejercicio físico moderado y la reducción del riesgo de padecer glaucoma. De hecho, afirman, por cada 10 minutos semanales de actividad física intensa (no extrema) el riego de sufrir glaucoma parece que se reduce en un 25%.
Aunque sólo se trata de un estudio preliminar que todavía debe ser contrastado, hemos considerado importante compartirlo con nuestros seguidores no sólo porque muestra un posible camino de prevención contra el glaucoma sino porque entendemos que es importante aclarar que -como ya advirtió en su momento el Dr. Urcelay– no todos los tipos de ejercicio -ni la intensidad extrema- resultan recomendables para pacientes con glaucoma. ¿Por qué? Porque prácticas como la natación o la halterofilia pueden provocar un aumento de presión intraocular que podría dar lugar a graves complicaciones en su cuadro médico.
Así que, de momento, ejercicio con cabeza… Y a estar pendientes de los resultados definitivos de esta investigación que nos llena de esperanza.
6 diciembre,2017